Despues de una larga busqueda en las paginas dadas en el salòn de clases en escrituras de las profeciones. La verdad es que no tengo aun mi tema definido yo solita me confundo, me empiezo a distraer, me quedo pensando en fin.

Si no me consentro jamas tendre mi tema hasta que por fin me decidi por habitos que dañan el cerebro (matan neuronas) es me hizo interesante saber sobre este tema solo hablare de unas de ellas pero tendria q investigar un poco mas de ellas.
La relación entre el tabaquismo y algunos trastornos psiquiátricos, sobre todo la depre- sión y el estrés, ha sido objeto de múltiples estudios y parece cada día más evidente. Aspectos farmacológicos de la nicotina explicarían su relación con el estado de ánimo; se han encontrado algunos neurotransmisores disminuidos en personas con estos trastornos. Esta asociación ha sido estudiada en diferentes épocas de la vida, y es altamente preocupante para los más jóvenes.

La cuestión que se plantea es: ¿Cómo afecta el tabaco al cerebro? Unos 10 segundos después de hacer una “calada” la nicotina tiene un impacto en el cerebro y afecta a las neu- ronas y los neurotransmisores; en concreto se fija uno de ellos, la acetilcolina, lo que causa una reducción en otros neurotransmisores estimulantes, como la noradrenalina y la dopamina. En ese momento, la percepción subjetiva del fumador es que se calma su estrés. Pero el estrés que se alivia es el que ha producido su adicción a la nicotina y que ha alterado sus neurotrans- misores cerebrales de forma creciente a lo largo de la vida.

Tambien podriamos decir que la falta de oxigeno afectaria el cerebro.

Pues la hipoxia afecta directamente a las celulas cerebrales o neuronas, ya que estas se mantien exclusivamente de oxígeno y glucosa a tal grado que no sobreviven más de 5 min sin la combinación de éstos. La hipoxia provoca somnolencia, trastornos del sueño y puede llegar a perderse la conciencia, presentar un paro respiratorio e incluso la muerte. Puede ser provocada por la existencia de placas ateromatosas (grasa) en las arterias, que disminuyen el calibre de los vasos, también por la presencia de émbolos o trombos en los mismos. El sobrepeso provoca mayor compresión sobre la caja torácica y disminución del volúmen respiratorio residual y, por ende, la cantidad de oxígeno que introducimos a nuestro pulmones al inhalar.